jueves, 7 de julio de 2011

¿Porque creemos en las luchas sociales?


"El cambio político va de la mano del cambio social y cultural"


Como Proyecto sur Brown lo que nos distingue es la coherencia entre nuestros ideales y nuestra practica política. Uno de nuestros ideales es la construcción de una sociedad mas justa, donde se respete la dignidad de las personas. Pero este ideal no se queda en el plano de las ideas abstractas, sino que se plasman en un estilo de vida personal y también grupal.
Es por eso que llevamos adelante actividades que apuntan a compartir la vida con aquellos mas desfavorecidos por las estructuras sociales y políticas actuales. Hacer un aporte, desde nuestras posibilidades, a la lucha por la dignidad de las personas. Y reconocer que dentro del juego democrático la posibilidad de llegar a ser gobierno nos permitirá fortalecer el trabajo que ya venimos haciendo por la construcción de una sociedad sin desigualdad, para trasnformar esas estructuras de dominación y exclusión.
Sabemos que en esta lucha social no estamos solos. Son muchas las organizaciones sociales, culturales y comunitarias que en distintos barrios, a través de diferentes actividades y propuestas, luchan con el mismo objetivo.
Todas ellas son la expresión de la sociedad civil organizada. Son la prueba más fehaciente de lo que somos capaces de lograr cuando abandonamos nuestras comodidades, y rompemos el individualismo.
Y nos animamos a decir que tienen el mismo objetivo porque compartimos el mismo sentimiento de dolor por la realidad que vive gran parte de nuestra sociedad y compartimos el compromiso cotidiano por la transformación de esa realidad, a través de la cultura, el arte, la música.
Nahuel Levaggi reflexiona en el libro “El fogón de la memoria”, que pensarnos sin historia, pensar que todo empieza cuando nosotros llegamos, no sólo muestra una gran soberbia, sino también gran debilidad. Nos debilita en la lucha no apoyarnos y aprender de quienes lucharon antes. Mirémonos y descubramos que es lo que nos conforma como sujetos, mirémonos como pueblo y pensemos cuál es nuestra identidad. ¿Quién puede decir que no somos parte de lo que fuimos? ¿Quién puede decir que los símbolos no son parte nuestra? Símbolos como nuestros mártires, nuestros héroes. ¿Quién puede decir que nuestra historia no nos da identidad y pertenencia? Entonces… si como pueblo, como trabajadores, no construimos nuestra historia, no levantamos nuestros héroes, no ejercitamos la memoria, nuestra identidad quedara incompleta. Estaremos siempre pensando que nada se hizo antes, que todo es nuevo, y no tendremos ese refugio que brinda pensarse en un colectivo mayor que nosotros mismos.
También remarca que las clases dominantes construyen hegemonía, piensan integralmente la dominación. Desde lo económico (relaciones de producción e intercambio), lo político (estructuras organizativas y relaciones sociales), lo artístico, la recreación, los valores, las formas de construir el genero… Nuestra lucha debe abordar igualmente la integralidad de estos elementos, debe construir una alternativa de sociedad que contemple todas las dimensiones del ser humano. El cambio no llegara mágicamente un día en que se tome el poder o devenga espontáneamente la revolución, sino que debemos vivirlo y construirlo hoy en cada una de nuestras acciones. Si es un mundo sin explotación el que queremos, debemos negar cualquier relación de patronazgo, por más mínima que sea; si es un mundo sin oprimidos el que queremos, debemos superar relaciones clientelares, caudillistas o paternalistas, porque encierran en su esencia la imposición de unos sobre otros; si es un mundo con justicia el que deseamos, debe ser nuestro compromiso combatir cada acto injusto, desde el más pequeño hasta el más grande. ¿cómo vivir indiferentes a la injusticia, mientras tantos sufren la vida? ¿Cómo sentirnos satisfechos y realizados si salimos adelante mientras otros siguen sufriendo penurias? ¿Cómo dormir tranquilos sabiendo que miles de chicos pasan la noche en una vereda? ¿Cómo vivir solamente preocupados por la propia vida, mientras hay un mundo de injusticas contra quien luchar? Nada podremos cambiar si no cambiamos la manera de sentir.
Hacemos referencia a esta cita de Levaggi porque creemos que resume el sentimiento que comparten todos los grupos que trabajan en lo cultural y lo social. Compartimos el sufrimiento de aquellos que menos tienen. Y no nos quedamos indiferentes ante ellos. Sino que tratamos de dar respuesta. Tratamos de demostrar que es posible modificar las estructuras injustas. Pero aquí también se presenta un gran desafío para las organizaciones sociales: El trabajar en red. Si bien hemos roto el pensamiento único de que el cambio no es posible, todavía dejamos que el individualismo nos mantenga apartados, cada uno en su actividad. En vez de fortalecer el trabajo de manera conjunta. No solo aprendemos y construimos nuestra identidad apoyados en los que nos precedieron, sino también en los que trabajan codo a codo pero tal vez a distancia.
El cambio político va de la mano del cambio social y cultural. No sólo lo creemos, también lo vivimos. Y esperamos contagiar a muchos más, para que el cambio sea mayor.